domingo, 5 de abril de 2009

Aceitunas

1. No hay nada que hacer: una morrica cierra la ventana (de sus ojos, se entiende) se va volviendo invisible aunque la imagen quede forzada (esto no es un poema de amor ni mucho menos...) se va volviendo tatuaje sobre la piel del frío y mundos pasan cronometrando sus cadenas. 2. Hay una guapa que a pocos metros me recuerda --a mí no, no piensa en mí; la hostilidad es lo suyo, no el romanticismo (ni alemán ni el otro, o sea cualquiera) decía que me recuerda a la trenzadora con tufillo mítico, mitemático (le corrige la ortografía a cuatro filósofos de la voracidad, se duerme en la monótona coreografía de las teclas) sin Ulises para no complicar las cosas: ahora que si quieren sacamos el disfraz posmoderno. 3. Estaba yo traduciendo el Canto LXXV de Pound cuando me di cuenta (entre otras cosas) que se trataba de un ready-made. Habrá que inventar un idioma reciente y lúcido para que no se note. 4. Pero perdón: estaba yo hablando de la morrica cuando llega el mester de nerdería sin Jaén, ni Axa, ni Fátima, ni la vulpes de Marién, aurrera, Señorita vámonos a comer olivas (aunque sean de lata) pero no en Jaén, mucho menos en tu casa (confiamos en el alemán del abuelo) mejor en el búnker que no tenemos para el eco apropiado del beso (el libro es de la oliva) para devastar teorías y 3 religiones monoteístas de una vez.

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