- No exigir respuestas de las palabras. Las palabras a cada momento cargan sobre sí mismas sus propias, inabarcables dudas.
- La palabra es la sombra de un silencio; el verdadero asombro ocurre en silencio. La palabra intenta recobrar ese silencio, infructuosamente.
- Las palabras señalan caminos. Nosotros corremos por esos caminos que las palabras deberán, luego, re-correr.
- Desconfianza en la palabra: picarla, azuzarla, provocarla. Como la cobra enojada que se levanta sobre su furia y muestra su belleza mortal.
- Una confianza excesiva en las palabras nos hace a nosotros sus esclavos y a ellas, piedras de museo.
- Las palabras no se adhieren a sus cosas, no son las cosas. Las apuntan, las señalan; en algunos instantes escasos de asombro, las iluminan.
- La certeza es el pan de los vencidos; por eso el cristianismo es tan popular.
- Una duda es el mejor regalo que puede hacerse tanto a un amigo como a un enemigo.
- Yo no pido que me expliquen nada; pido que me confundan, que me reten. Que me planteen asuntos insolubles.
- Yo no le pido nada a las palabras, ni siquiera que me inventen o me expresen. Yo quiero que las palabras sean sólo palabras. Para mí es suficiente.
jueves, 8 de abril de 2010
La palabra y su sombra
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Maravillosa reflexión. Sin palabras.
ResponderEliminarabrazo.
las palabras siempre han sido sólo palabras, ilusos quienes han rpetendido que sean más que eso...
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