sábado, 19 de noviembre de 2011

El poema de Fabio Morábito que no me inventé yo

[Nada, que Pedro Poitevin escribió una vez un tuit que me recordó este poema. Se lo hice saber, tratando de reconstruir infructuosamente el sentido de este poema y relacionándolo con su tuit. Otros tuvieron curiosidad por la relación y prometí buscarlo. En la búsqueda descubrí que perdí todos los libros que tenía de Morábito, excepto De lunes todo el año. "Perder", que es otro modo de decir "prestar". En fin. Una ayuda inesperada me puso en la pista del poema y pude corroborar no solamente que el poema existe efectivamente (and for whatever matters, que la relación con el tuit de @poitevin no era ocurrencia mía), sino que es un muy buen poema que no me imaginé yo, sino que Fabio Morábito escribió, y escribió maravillosamente. En fin.] 


De pronto, así nomás, por el cariño,
una empezó a frotar el brazo de la otra.

Los hombres de la mesa nos turbamos,
pero las dos mujeres ni siquiera se miraban,

amigas desde niñas, era normal
aquel contacto distraído.

Alguno de nosotros disertaba
y apenas si lo oíamos.

Mirábamos cautivos de reojo
el brazo y las caricias de las dos,

porque nosotros, cuando mucho,
somos capaces de esto:

pedirle su cigarro a nuestro amigo,
darle una bocanada y devolvérselo.

[En Delante de un prado una vaca, Era, 2011] 

Gracias a F.M.

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