viernes, 19 de octubre de 2018

Casa, de Warsan Shire


nadie se va de casa a menos que
casa sea la boca de un tiburón
solamente corres a la frontera
cuando ves a toda la ciudad corriendo también

tus vecinos corriendo más aprisa que tú
aliento sangrante en sus gargantas
el chico con el que fuiste a la escuela
el que te besó hasta el vértigo tras la vieja fábrica de latas
lleva una pistola más grande que su cuerpo
solo te vas de casa
cuando casa no te deja quedarte.

nadie se va de casa a menos que casa te persiga
fuego en los talones
sangre caliente en la panza
no es algo que jamás pensaras hacer
hasta que el cuchillo te grabó al fuego amenazas
en el cuello
e incluso entonces llevaste el himno bajo
tu aliento
solo al romper tu pasaporte en el baño del aeropuerto
sollozando mientras cada bocado de papel
dejaba claro que no volverías.

tienes que entender,
nadie pone a sus hijos en un bote
a menos que el agua sea más segura que la tierra
nadie se quema las manos
bajo los trenes
entre vagones
nadie pasa días y noches en el estómago de un camión
comiendo periódico a menos que los kilómetros de viaje
signifiquen algo más que un viaje.
nadie se arrastra bajo las cercas
nadie quiere que le azoten
le tengan lástima

nadie elige el campo de refugiados
o las revisiones sin ropa en las que
tu cuerpo se queda adolorido
o la prisión,
porque la prisión es más segura
que una ciudad en llamas
y un carcelero
por noche
es mejor que un camión lleno
de hombres que se parecen a tu padre
nadie podría soportarlo
nadie tendría las tripas
nadie tendría la piel tan dura

los
váyanse a casa negros
refugiados
inmigrantes apestosos
buscadores de asilo
exprimiendo nuestro país
negritos pedinches
huelen raro
salvajes
jodieron su país y ahora quieren
joderse al nuestro
cómo las palabras
las miradas sucias
se resbalan por tu espalda
tal vez porque el golpe es más suave
que un miembro arrancado

o las palabras son más tiernas
que catorce hombres entre
tus piernas
o los insultos más fáciles
de tragar
que los escombros
que los huesos
que el cuerpo de tu hijo
en pedazos.
quiero ir a casa,
pero casa es la boca de un tiburón
casa es el cañón de un arma
y nadie se iría de casa
a menos que casa te persiga hasta la costa
a menos que casa te dijera
que muevas las piernas
dejes tu ropa
te arrastres por el desierto
atravieses los mares
te ahogues
te salves
tengas hambre
supliques
olvides el orgullo
tu supervivencia es más importante

nadie se va de casa hasta que casa es una voz sudorosa en el oído
diciendo:
vete,
huye de mí ahora
no sé en qué me he convertido
pero sé qué en cualquier otra parte
es más seguro que aquí


(traducción de Javier Raya)