jueves, 24 de noviembre de 2011

Houellebecq y el sueño de todo hombre

El sueño de todo hombre es conocer putitas: inocentes, pero listas para toda forma de depravación --que es, al final, lo que son todas las adolescentes. Entonces, gradualmente, las chicas se vuelven más estables, condenando así a los hombres a permanecer eternamente celosos de su depravado pasado como putitas. Negarse a hacer algo porque ya lo has hecho, porque ya has estado ahí, lleva rápidamente a la destrucción, tanto para ti mismo como para otros de cualquier razón para vivir, de cualquier futuro posible, y te sumerge en un opresivo hastío que eventualmente se transformará en una amargura atroz, acompañada de odio y rencor hacia aquellos que aún pertenecen al mundo de los vivos.
[De La possibilité d'une île,  de Michel Houellebecq. Gonzalo Rojas llegó a idealizar del mismo modo la adolescencia femenina con el concepto "putidoncella". Nabokov legó el estudio más popular al respecto en Lolita. Como si alguien no lo supiera. En fin, aunque no lo parezca, este es uno de los punto de partida de mis estudios como el primer escritor feminista de mi generación. Algo.]



Ante la imposibilidad de entender a la mujer, sobre todo a ti, comenzar por entender lo que provocas en mí. La escritura nunca fue tanto derrota como desde que te conocí.

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