No reconocemos el cuerpo
de Emmett Till. No conocemos
el nombre del chico ni el sonido
de su madre llorando. Nunca hemos
escuchado una madre llorando.
No conocemos la historia
de nosotros en este país. No
conocemos la historia de nosotros
mismos en este planeta pues
no es necesario conocer
lo que creemos que es nuestro. Creemos
que sus cuerpos nos pertenecen pero no
nos sirven sus lágrimas. Destruimos
el cuerpo que se niega a ser usado. Usamos
mapas que no dibujamos. Vemos
un mar y lo cruzamos. Vemos una luna
y aterrizamos en ella. Amamos la tierra
mientras podamos reclamarla. Shhh. No
podemos reclamar ese sonido. ¿Qué es
una madre llorando? No reconocemos
la música hasta que podemos
venderla. Vendemos lo que no se puede
comprar. Compramos silencio. Déjanos
ayudarte. ¿Cuánto cuesta
sostener el aliento bajo el agua?
Espera. Espera. ¿Qué somos? ¿Qué?
¿Qué? ¿Qué carajo somos?
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Publicado originalmente en el Georgia Review.
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