, Pues sí, que rastreando las fuentes e influencias del señor Jodorowsky llegué hace unos meses a Gurdjieff. El señor Gurdjieff era una especie de cirquero mágico con cara de gángster, pero fue uno de los pensadores más radicales de su momento. ¿En qué radica su "radicalidad" (valga el trabalenguas)? En que su acercamiento a lo espiritual se dio, por decirlo así, outside the box, alimentando su pensamiento de todas las fuentes posibles, el budismo zen, el zoroastrismo, la cábala, etc., integrándolo en una serie de ejercicios e ideas que son, por lo menos, provocadores.
, ¿Por qué la gente compra libros de Osho, de Cony Méndez, o va a conferencias de gurús importados, a misa, al futbol? Uno, porque creer en algo más allá de uno mismo es una necesidad. Dos, porque no podemos aceptar que este mundo sea todo lo que hay. Los ejemplos de la pregunta con que abre esta Coma pegan en la cultura popular directamente, ¿pero qué hay de los filósofos, de los científicos, de los hermenéutas del lenguaje? Ellos tampoco pueden aceptar que lo sensible sea el mundo, que la consciencia esté en su punto ideal para entregarnos lo humano en todo momento... La necesidad es la misma, y para el hambre unos comen un filete, otros una maruchan, otros el rocío que deja un ángel cuando corre sobre la gota de la noche una vez cada 300 años, otros nada. La necesidad es la misma.
, El esoterismo, los libros o conferencias de superación personal, creo que no nacen de una intención por hacer cosas de mal gusto (¡en verdad lo creo!), sino que son un intento de acceder a lo espiritual sin tener que esforzarse demasiado. Ejemplo: uno va a hacerse una limpia, a que le lean las cartas, o lee "Los hábitos de los [inserte cualquier ocupación] altamente efectivos" porque tiene un vivo deseo de mejorar su vida, de ser un poco más feliz, de explicarse el mundo y vivir en él con menos angustia. Por las mismas razones se va al psicólogo. Pero pasa con el esoterismo o la filosofía de supermercado que (es mi caso) se desconfía de ello porque exigen una supresión del pensamiento crítico. La gente no entiende por qué funciona, pero se siente mejor. Por un tiempo. Y con el arte pasa igual: hay quien dice "¡ah, un Da Vinci!", más por el peso de la marca registrada Da Vinci como valor que por una apreciación estética. Hay valores en los libros de superación personal o en la medicina tradicional que funcionan, me parece, porque nos dicen lo que queremos oír (vg. que estamos muy mal, muy mal, pero que hay solución...), a la vez que implantan el germen de la esperanza. La necesidad de buscar respuestas es parte de terminar con la angustia. Supongo que uno acepta la angustia cuando empieza a hacerle preguntas, a relacionarse con ella (ver máxima 83). Pero es más sencillo tirarle mierda a todo que aceptar que algo duele, que el mundo a veces, y generalmente, duele.
G. ha dicho que el hombre puede renunciar voluntariamente a cualquier placer, pero que es casi imposible que renuncie a su propio sufrimiento.
, El que hizo "popular" a Gurdjieff (G. para los cuates) fue su discípulo-fanfromhell, Ouspensky. Él es el gerente de relaciones públicas que todos sueñan: cree ciegamente en que eres lo mejor está dispuesto a lo que sea para demostrarlo; incluso a disolver y transmitir las contradicciones de tu pensamiento de manera que todo quede más o menos coherente...
, G. no es dios, nos queda claro, y Kant también se contradice. Somos humanos, carajo. Pero, a mi ver, lo más rescatable de lo que conozco hasta ahora del pensamiento de G. es que el conocer, es decir, el apropiarse conscientemente de lo que se conoce no mejora en sí misma la consciencia, ni nos da una mejor comprensión del mundo. Es excitante leer algo (por ejemplo) y sentir que se absorbe una gran cantidad de conocimiento. Pero si esa pasión no transmina todos los aspectos de nuestra vida, somos parcos, hipócritas. Por eso me dicen "mamón" cuando digo que está bien ser riguroso, jugar al juego en serio... Si el señor escritor se viste de cosas bonitas para decir en sus conferencias y lecturas, pero en su vida va diciendo mierda o peleándose con la gente, ¿de dónde salió esa obra? ¿Generación espontánea? ¿Concepción in vitro? Creo que aplica a lo que mis tres lectores gusten. Lo que G. propone es un ejercicio radical de congruencia. Si vas a ser el malo de la película, sé un malo realmente genial, hasta las últimas consecuencias. Si vas a ser dios, no te olvides de ser dios todo el tiempo, incluso cuando te bañes, defeques, o le hagas el amor a tu diosa. Esta lección Dalí la tenía muy clara.
, Estas ideas que reproduzco a continuación las leí por primera vez en el librito de Jodorowsky, El maestro y las magas, pero también las encuentran en internet como "mandamientos de Gurdjieff", lo que se me hace excesivo, puesto que el señor G. no los escribió en un idioma de fuego en las tablillas de la ley; otra variante es "máximas de Gurdjieff", que tiene un regusto a compendio de frases célebres medio incómodo. Como sea son buenas ideas, muchas, más cercanas al sentido común (a eso que alguien dio en llamar sentido común y que es privilegio de unos pocos) o a una visión espiritual de una convivencia cívica entre el hombre y los otros, que a los viejos esquemas de premio-castigo con los que la religión opera sus prédicas. En mayo del 2009, los llamaríamos tweets de Gurdjieff:
1. Fija tu atención en ti mismo, sé consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces.
2. Termina siempre lo que comenzaste.
3. Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
4. No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
5. Desarrolla tu generosidad sin testigos.
6. Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano.
7. Ordena lo que has desordenado.
8. Aprende a recibir, agradece cada don.
9. Cesa de autodefinirte.
10. No mientas ni robes, si lo haces te mientes y te robas a ti mismo.
11. Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
12. No desees ser imitado.
13. Haz planes de trabajo y cúmplelos.
14. No ocupes demasiado espacio.
15. No hagas ruidos ni gestos innecesarios.
16. Si no la tienes, imita la fe.
17. No te dejes impresionar por personalidades fuertes.
18. No te apropies de nada ni de nadie.
19. Reparte equitativamente.
20. No seduzcas.
21. Come y duerme lo estrictamente necesario.
22. No hables de tus problemas personales.
23. No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.
24. No establezcas amistades inútiles.
25. No sigas modas.
26. No te vendas.
27. Respeta los contratos que has firmado.
28. Sé puntual.
29. No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.
30. Habla sólo lo necesario.
31. No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.
32. Nunca amenaces.
33. Realiza tus promesas.
34. En una discusión ponte en el lugar del otro.
35. Admite que alguien te supere.
36. No elimines, sino transforma.
37. Vence tus miedos, cada uno de ellos es un deseo que se camufla.
38. Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo.
39. Vence tus antipatías y acércate a las personas que deseas rechazar.
40. No actues por reacción a lo que digan bueno o malo de ti.
41. Transforma tu orgullo en dignidad.
42. Transforma tu cólera en creatividad.
43. Transforma tu avaricia en respeto por la belleza.
44. Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.
45. Transforma tu odio en caridad
46. No te alabes ni te insultes.
47. Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera.
48. No te quejes.
49. Desarrolla tu imaginación.
50. No des órdenes sólo por el placer de ser obedecido.
51. Paga los servicios que te dan.
52. No hagas propaganda de tus obras o ideas.
53. No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como piedad, admiración, simpatía, complicidad.
54. No trates de distinguirte por tu apariencia.
55. Nunca contradigas, sólo calla.
56. No contraigas deudas, adquiere y paga en seguida.
57. Si ofendes a alguien, pidele perdón.
58. Si lo has ofendido públicamente, excusate en público.
59. Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos.
60. No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho de que fuiste tú quien las enunció.
61. No conserves objetos inútiles.
62. No te adornes con ideas ajenas.
63. No te fotografíes junto a personajes famosos.
64. No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.
65. Nunca te definas por lo que posees.
66. Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.
67. Acepta que nada es tuyo.
68. Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di sólo sus cualidades.
69. Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.
70. No mires con disimulo, mira fijamente.
71. No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado que les impida invadir toda tu vida.
72. En el lugar en que habites consagra siempre un sitio a lo sagrado.
73. Cuando realices un servicio no resaltes tus esfuerzos.
74. Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer.
75. Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz.
76. No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo que tú no puedes darle.
77. Cuando alguien tenga su público, no acudas para contradecirlo y robarle la audiencia.
78. Vive de un dinero ganado por ti mismo.
79. No te jactes de aventuras amorosas.
80. No te vanaglories de tus debilidades.
81. Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo.
82. Obtén para repartir.
83. Si estás meditando y llega un diablo, pon ese diablo a meditar…