Seña umbrosa instalando la tormenta,
mas no en la zona donde un rayo anida,
visible en claro, a sazón herida
ciervo, de luz trenzada cornamenta.
El arma que su frente örnamenta
codicia un cazador, y arremetida,
que de torpe saeta dio perdida
no viendo flor de sangre en la osamenta.
Hállala el cazador bajo la flecha
y la nocturna luz de su figura
le informa su ya hermosura deshecha;
Ruega a una diosa con nubil bravura
que eleve el ciervo al jardín constelado:
ciervo será, mas ciervo vulnerado
jueves, 22 de abril de 2010
viernes, 16 de abril de 2010
Mudanza
Lapas
, Dato: en la preparatoria tuve un lapsus en que me enamoré de la biología marina. El Carcharodon carcharias era mi obsesión: soñaba tiburones. Mi primera frustración académica fue la cancelación del viaje de investigación programado a las costas de Baja California Sur, donde ayudaría a realizar un reporte de los hábitos del pez y su impacto sobre la población. Una de tantas vocaciones abortadas, o por lo menos, postergadas (sé que estudiaré mineralogía, incluso, en algún momento).
Pero el recuerdo más grato de mi amor fugaz por la biología del tiburón blanco fue aprender que, si éste deja de nadar, por ejemplo, cuando sus aletas son arrancadas en una pelea con otro tiburón, se ahoga: el tiburón vive a condición de moverse. Quedarse en un sólo lugar los ahogaría; los tiburones sueñan en movimiento.
, No son infinitos los lugares en que he dormido desde que llegué a la ciudad, pero ciertamente son muchos. Sofás en su mayoría, lo que no tiene nada de romántico (ya no digamos cómodo). Sórdidas habitaciones de hotel; otras, con servicio a cuarto 24 horas. Algunas familias hospitalarias me han abierto su casa, terriblemente arrepentidas al poco tiempo. No soy un inquilino terrible, más bien soy un inquilino flotante. Y la falta de certeza con respecto a mis comportamientos y hábitos de entrada y salida suele provocar estragos y no pocas fricciones.
, Pero esto no podía seguir así. KT, probablemente la persona más inteligente que conozco (la de mejor gusto en todo, eso seguro) me hizo algunas preguntas certeras después de un delicioso desayuno de medio día --y sí, los lumpen también bruncheamos. "Búscate un cuarto que sea tuyo, como dice Virginia..."
Si fuera una escritora inglesa de principios del xx, sólo me faltarían las 500 libras de renta para ser feliz: el cuarto me encontró al tercer día.
, ¿Qué se muda cuando uno se muda? Se vacían los cajones, se encuentran los libros que se creían prestados o perdidos, se hace recuento de cosas inútiles. Danza callada de los objetos que nos siguen, como lapas sobre las aletas. Y de las personas que se quedan donde ya no seremos bienvenidos.
, Si mudanza es cambiar de posición en el mundo, a cada mudanza cambiamos de mundo.
, Secreta gloria adolescente: pensar que nadie nos comprende. Secreta gloria adulta: pensar que todos nos comprenden.
El misterio de la madurez debe ser que no hay misterio: se da el salto en el vacío y las posibilidades se reducen a la caída o al vuelo. Ninguna importa, el salto importa. Y si lo anterior es incorrecto, sigo en la deriva. Respirando, eso sí, hasta nuevo aviso.
viernes, 9 de abril de 2010
Invitación: lecturas de abril
April is the cruelest month.
T.S. Eliot
1. Lectura dentro de la 1era Feria del Libro de Azcapotzalco. Alternando con el master Guillermo Vega Zaragoza (en cuyo blog pueden consultar el programa completo de la feria), mañana
Sábado 10 de abril, 17:00 hrs. en
EL BREVE ESPACIO. Kiosco de la Videoteca “Manuel Álvarez Bravo”
Dos generaciones: Guillermo Vega (poesía), Javier Raya (perfopoesía)
[whatever than means]
Cómo llegar: Explanada delegacional de Azcapotzalco, calle 22 de febrero esq. con Jerusalem. Metro Camarones (línea naranja) y caminar tres cuadras o tomar un pesero que diga "UAM Azcapotzalco". La carpa está situada frente al asta bandera y dice en letras grandotas "El breve espacio", or so I was told...
2. Lectura dentro del programa "Marabunta de poetas" en ATRIO-Espacio Cultural. Este terrorista cultural por mérito propio, don Cristian Picón, ha organizado una cosa interesante. A los distintos espacios que conforman el ATRIO ha propuesto diferentes modos de interpretar poesía en un sentido performático. Así, la modalidad "Performance" se lleva a cabo al fondo de la taberna; "Errante o de balcón" (¿balconeo?) desde el primer piso leyendo hacia la calle; y de "Recinto" en la mesita familiar que a mí me aterra tanto, la forma de lectura más íntima.
Estaré participando en
Performance: Lunes 26 de abril, 19:00 hrs.
y
Recinto: Viernes 30 de abril, 19:00 hrs.
Cómo llegar: El ATRIO está en Orizaba 127 Col. Roma. El metrobús más cercano es Álvaro Obregón. De la av. Álvaro Obregón rumbo a Cuauhtémoc, a mano derecha en Orizaba y es cuadra y media.
Postulado por
Javier Raya
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jueves, 8 de abril de 2010
La palabra y su sombra
- No exigir respuestas de las palabras. Las palabras a cada momento cargan sobre sí mismas sus propias, inabarcables dudas.
- La palabra es la sombra de un silencio; el verdadero asombro ocurre en silencio. La palabra intenta recobrar ese silencio, infructuosamente.
- Las palabras señalan caminos. Nosotros corremos por esos caminos que las palabras deberán, luego, re-correr.
- Desconfianza en la palabra: picarla, azuzarla, provocarla. Como la cobra enojada que se levanta sobre su furia y muestra su belleza mortal.
- Una confianza excesiva en las palabras nos hace a nosotros sus esclavos y a ellas, piedras de museo.
- Las palabras no se adhieren a sus cosas, no son las cosas. Las apuntan, las señalan; en algunos instantes escasos de asombro, las iluminan.
- La certeza es el pan de los vencidos; por eso el cristianismo es tan popular.
- Una duda es el mejor regalo que puede hacerse tanto a un amigo como a un enemigo.
- Yo no pido que me expliquen nada; pido que me confundan, que me reten. Que me planteen asuntos insolubles.
- Yo no le pido nada a las palabras, ni siquiera que me inventen o me expresen. Yo quiero que las palabras sean sólo palabras. Para mí es suficiente.
viernes, 2 de abril de 2010
Apología y diatriba del vicio, de Rafael Courtoisie
El principio del placer es una de las ruedas sobre las que se mueve el mundo. El principio del dolor es la otra rueda. Son ruedas anchas, delgadas, de rayos dorados como los de una cuadriga de la antigua Roma Imperial. Sobre la cuadriga el conductor, el hombre y un extraño s´quito de figuras sólo remotamente antropomórfas: los vicios. Los vicios se mueven y hacen equilibrio entre el placer y el dolor. Empiezan por el placer, del lado de la rueda del placer y luego, usualmente, van desplazándose hacia el lado del dolor. El desplazamiento suele ser inevitable y entonces el carro, la cuadriga de la antigua Roma del Imperio se desequilibra: del lado del dolor están los traficantes, cavernas o guaridas de microbios. El lado del placer, por supuesto, es luminoso.
Fedor Dostoiewski, el célebre autor ruso que pasó noches de insomnio haciendo avanzar por sus páginas las tribulaciones de su famoso y culpable Rodia, estaba desde el mismo día de su concepción atraído inevitablemente por una de las sirenas mitológicas que habitan la isla del vicio: la locura. Fedor nació en un manicomio de la Rusia zarista, pues su padre era médico siquiatra y dispuso que su familia viviera allí. El primer berrido del joven Fedor se confundió con los desgarradores gritos de los orates que deambulaban y se babeaban en los sórdidos y largos pasillos de aquella mansión de locura.
Muchos años después, Dostoiewski, tratando de exorcizar por la escritura el terrible vicio del juego, intentando pagar deudas contraídas por su compulsión a apostar en la ruleta, se comprometió con un editor inescrupuloso a entregar una novela en tiempo récord. No podía escribir con la velocidad necesaria, por lo que contrató una tipógrafa para que le tomara dictado.
Pronto el proyecto de novela se convertiría en El jugador (cuya acción transcurre en la imaginaria ciudad de "Ruletenburg") y su secretaria se transformaría en la nueva, diligente y abnegada esposa del novelista. En este caso el vicio del juego le permitió al escritor ruso una formidable revancha. Pero lo usual es que no suceda así. Basta recordar las crisis abismales que terminaron con la vida de Kurt Cobain. La droga, como el crimen, es un vicio que termina pasando la cuenta, cobrándose el capital de la vida con intereses de usura.
Los animales no tienen vicios: ¿Alguien vio alguna vez una foca fumando? Ni las focas, ni los peces, ni los caballos, ni cualquier otra criatura del reino animal o vegetal fuman. Menos pudieran hacerlo las pobres e inertes piedras, súbditos humildes del reino mineral. Entre los organismos menos complejos de la escala zoológica sólo fuman algunas especies de batracios, algunos sapos de clima subtropical, pero hacen ese ejercicio de vicio de manera tan torpe que inhalan humo hasta hinchar totalmente la babosa submaxilar y revientan casi enseguida. Pobres sapos.
El vicio es humano, intrínsecamente humano, y es hermano de sangre de la virtud. Y la virtud tal vez no sea otra cosa que el vicio empecinado de los hombres honestos.Rafael Courtoisie, Poesía y caracol, Biblioteca Sibila/ Fundación BBVA. Sevilla, 2008. pp. 42-3.
Imagen.
Postulado por
Javier Raya
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